¿Por qué tanto miedo a la consulta popular?
Ricardo Andrade Jardí
Y por aquello de que somos una democracia tan democrática, que hasta parece ser que consultar un tema que cambiará para bien o más bien para mal el futuro de México, es algo que ofende a toda nuestra pulcra y moralina clase política.
Cómo va ser que se consulte a la plebe, algo así como la reforma energética, para qué si ya tenemos a los Héctor Aguilar, a los Marín, a los López y Alatorres, a los seudo intelectuales al servicio de la telecracia, para decirnos lo que es bueno para ellos y si es bueno para ellos porqué tendría que ser consultado, por todos los otros, es decir, por el resto de los ciudadanos que, al fin y al cabo, son los que están obligados a pagar la deuda privada de los banqueros ladrones a los que no se les cobran ni impuestos y a los que seguramente sí que se les consulta sobre la reforma energética, ellos al fin y al cabo sí saben cómo hacerlo (lo de quebrar y rescatar con dinero público su deuda privada).
Más curioso resulta que los reivindicados como “demócratas progresistas” le tengan tanto miedo a una consulta popular sobre un tema que ellos consideran de “tan vital importancia” para el “progreso” del país. Miedo a una consulta que en todo caso sólo demostraría la opinión que tiene la ciudadanía sobre un tema que nos concierne a todos y no sólo a la pandilla de legisladores, de los que, no debemos olvidar, que ninguno de ellos se ha acercado para consultar con su electores el tema y de los cuales 200 diputados y otros tantos senadores no fueron electos, en realidad por nadie, y menos aún por los nadie a los que hoy la telecracia, el empresariado usurero y la clase política pretenden descalificar “por no estar especializados en materia energética”, como no lo están, por otro lado tampoco, el total de los funcionarios del desgobierno usurpador, los seudocomunicadores del dúopolio telebasura y el 99% (optimistamente) de los legisladores.
Triste república en la que nos hemos convertido, donde la mediocridad “intelectual” de la telecracia se supone ser el representante de la opinión pública y estar autorizada a decidir lo que debe o no ser consultado popularmente, mientras los usurpadores secretarios, del usurpado desgobierno, confunden la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con la de la monarquía española, triste república bananera donde la memoria histórica parece estar dormida, mientras el retroceso nacional alcanza la desigualdad social de hace cien años la misma que llevó al pueblo de México a la primera revolución social del siglo XX.
El miedo a la consulta nacional, sólo es justificable porque saben que su propuesta energética carece de apoyo popular, porque resulta inconveniente poner en la discusión de los asuntos nacionales los instrumentos de la democracia participativa que resulta siempre incontrolable frente a los inmorales mecanismos de la democracia representativa, que no son otros que los instrumentos que garantizan la globalización de subjetividades opresivas y represivas, contra las incómodas subjetividades libertarias siempre latentes en la democracia participativa.
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