El despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
En mi tardía y emocionante incorporación a la polaca, nada me impresiona más que la proclividad de nuestros próceres para sentirse más listos que los demás e intentar engañarlos en las formas más diversas. Creo que cada vez este vicio será más difícil de practicar. El pueblo está despertando y exige la verdad.
La coyuntura petrolera actual ofrece nuevos síntomas. Calderón presenta su iniciativa reiterando que no es un intento de privatización y la envuelve en fantasías sobre el “desarrollo pleno”. Él sabe y todos sabemos que el objetivo es abrir a las empresas privadas el negocio más rentable del mundo. Extranjerizar ductos, transporte, almacenamiento, exploración, explotación y refinación. Garantizar que Hacienda siga utilizando a Pemex como el principal instrumento fiscal ante su incapacidad para hacer una reforma tributaria.
Hay otro vicio muy arraigado en México para esquivar la verdad: el disimulo. Ejemplo: un grupo de intelectuales, muchos respetables e ilustres, publican una carta en que critican con severidad la toma de la tribuna en el Congreso. No mencionan que el PRI y el PAN han asaltado la tribuna muchas veces. Proponen un debate no sólo en el Congreso, sino en los medios de comunicación. Su postura es discutible pero interesante. Lo malo es que ese mismo grupo ha cerrado los ojos ante la violación del orden democrático. Ejemplos:
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