domingo, 8 de enero de 2012

Vaya q' hay diferencias entre las campañas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Diferencia estratégica de MORENA
Gilberto Balam Pereira

Ofenden costosos acarreos priístas

El título de la presente colaboración guarda relación con la nota de cabeza de plana de POR ESTO! en la edición de hoy sábado: “Blindan comicios. El IFE signó un convenio con la Secretaría de Gobernación para brindar seguridad durante el proceso electoral. Se busca que el crimen organizado no tenga injerencia en las campañas. Se proporcionaría seguridad a los candidatos a cualquier cargo de elección popular”.

Sólo un retrasado mental, digo, puede creer que la insultante y onerosa “trata de ciudadanos” (acarreos prostituidos) repetida a lo largo del país por los priístas, sean cubiertas financieramente por los estrictos fondos presupuestales de los comicios, incluyendo vuelos aéreos particulares, custodios personales, fuerte vigilancia por tierra y aire, y numerosas comitivas de parásitos de “t’ulpaches”.

¿Cuántos millones cuestan al pueblo estas travesuras ridículas de los políticos con el fin de que sean erigidos como empleados de la oligarquía dueña del país? Los ciudadanos pueden hacer el cálculo de los costos para tener una idea aproximada del origen de recursos que provienen de la delincuencia organizada a cambio de apoyos y protección gubernamentales.

No mis estimados. Me parecen fuera de lugar las expresiones “triunfalistas” de los priístas yucatecos organizadores del mitin el pasado martes en el parque Kukulkán, adonde fueron acarreados más de 25 mil yucatecos, campechanos y quintanarroenses en flamantes autobuses turísticos. Acarreados que fueron objeto de dádivas y golosinas.

“Pues si, konex ximba Jo, pues conex, máalo ximba, yan réfrescos yetel tortas, yan cámisetas yetel tákin…” repetía la gente al abordar por primera ocasión tal calidad de transporte. Pequeños grupos de numerosas comunidades dan la apariencia de nutrido “apoyo” al candidato, incapaz de hacer visitas a las localidades, facilitándosele más el acarreo y la concentración que simula una enorme aceptación popular. Mentira, un verdadero engaño con que aparenta el dinero la fuerza del poder. Pero la razón domina siempre al dispendio. Y lo peor es que se les concentra para oír una sarta de frases comunes sin ningún interés social, apegado sólo a las alabanzas dedicadas al partido tricolor, dirigidas en esta ocasión por el celebérrimo ignorante, el despeñado Peña Nieto.

El movimiento “MORENA” tiene la estrategia diferente de que su candidato AMLO prefiere recorrer la mayoría de los municipios, con humildad, amor y sencillez, al ras de tierra con su modesto autobús para tener el mayor acercamiento con la población, para dar a conocer personalmente su Proyecto Alternativo de Nación, de contenido social, de problemas que aquejan a las regiones y la cauda de propuestas del candidato tabasqueño. Este candidato es claro y contundente cuando dice “No engañamos, no mentimos, no somos corruptos, nuestras ideas de superación y cambios de la población vencerán al dinero”.

Y desde los tiempos del régimen “mexiquense” de Peña Nieto, desde su administración y campañas políticas de su partido en su estado, ciudadanos comunes y periodistas denunciaron los excesos financieros en sus gastos. Y también se habló de la opacidad de las fuentes aportadoras que representa el crimen organizado.

Y sus congéneres yucatecos aparentando disimulo de los antecedentes de uno de sus más corruptos correligionarios, han tenido la desfachatez de festinar el “magno concierto” político tricolor del parque Kukulkán. La gente asistente juega en el drama su papel, el de ciudadanos “ingenuos e inconscientes”. No mis estimados. Las cosas cambiarán a partir del 2012. Por hoy, la gente viene a pasear a los mítines priístas de Mérida a comer tortas y tomar refrescos y vienen por camisetas, a causa de la miseria en que los han sumergido el PRI con su aliado el PAN, porque tienen hambre y carecen de lo indispensable para comer y vestir. No vienen por convicción. Y si no, dense una vuelta a los poblados desde donde vinieron al mitin de ese martes negro.

Y a todo esto me pregunto ¿quién y cómo se lleva el control de los gastos de las campañas?

Es cierto que las organizaciones públicas encargadas de vigilar los montos de los gastos de las campañas, para que no rebasen las cantidades asignadas a cada partido, son sólo eso, vigilantes, pero no tienen atribuciones ministeriales para aplicar las sanciones correspondientes a los que superen los presupuestos aprobados. A estas instancias de vigilancia se le debería otorgar jurídicamente la función de investigar los costos reales de los comicios, a condición de evitar la impunidad a este nivel de los políticos en juego: Y a condición también de que tales investigadores no sean objeto de sobornos y chantajes por parte de los partidos. Las sorpresas que nos llevaríamos al conocer los resultados de la investigación de los excesos en que incurren los partidos en sus desempeños políticos.

El lavado de dinero. Existen los mecanismos adecuados para rastrear las rutas, las bolsas de valores, las casas de cambio, las aperturas de cuentas bancarias y sus movimientos, y conocer el comportamiento de estas estratagemas del crimen organizado y las complicidades del medio oficial. Ya desde las campañas del 2002 se pudo conocer con todo detalle los rastros de las aportaciones ilícitas a la campaña de Fox con nombres, cantidades y triangulaciones, con el inconveniente de que NUNCA PASÓ NADA.

Pero a partir de la reforma de 2007, el IFE puede acudir a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que intervenga esos movimientos financieros.

A pesar de ello, la sospechosa infiltración de los cárteles en las campañas electorales no se documenta ministerialmente.

Es necesario que el IFE convierta a sus auditores en investigadores de campo, a fin de recoger la evidencia de gastos.

Ahí es donde existe un gran espacio legal para ocultar la filtración del dinero lavado.

Resulta que cada vez son más caras las campañas y es una oportunidad para los narcos comprar apoyos del poder.

Una gran proporción de los fondos privados electorales quedan fuera de los registros contables de los partidos. Gran parte de estas aportaciones clandestinas sirven para las movilizaciones, acarreos, compra de votos y gastos personales de los actores de los comicios. Son los procedimientos a los que apuestan los candidatos para triunfar.

Son nada más y nada menos que resultados de arreglos y acuerdos ilícitos entre la clase política y la delincuencia, dando lugar a la corrupción generalizada.

Esta es una reflexión que necesariamente viene a la mente ante la exhibición del falso triunfalismo del PRI que tuvo lugar la tarde del Kukulkán.

La magnitud de estos dispendios no se observan en los mítines de López Obrador. Hoy por ejemplo pude ser testigo de que los asistentes al mitin concurridísimo de AMLO en Umán, estuvieron largo rato esperando en el parque sus autobuses foráneos que los regresarían a sus comisarías de origen

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