¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Criminal subejercicio
Después de que las intensas lluvias provocadas por “Ingrid” y “Manuel”
derivaron en una catástrofe, con decenas de muertos, un millón 700 mil
damnificados y cuantiosos daños materiales, el gobierno federal anuncia
una investigación para detectar irregularidades en los permisos de
construcción en zonas de alto riesgo, entre otras anomalías cometidas en
el pasado, sin embargo, resulta que la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales sólo ejerció 14 por ciento del presupuesto destinado a
la protección de las ciudades contra inundaciones / Entre los aspectos
más relevantes de esta criminal omisión destaca que del programa de
protección de los centros de vivienda se descuidaron las inversiones en
los Estados más pobres y vulnerables como lo son Guerrero, Veracruz y
Oaxaca
MEXICO, D.F., 4 de octubre (EL UNIVERSAL/EFE).- La Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) metió freno al gasto destinado a
la protección de las ciudades contra inundaciones, y no hizo las
inversiones necesarias antes de la temporada de lluvias, como ocurrió en
2012.
CIFRAS
- 896 mdp tiene el Programa de Infraestructura para la Protección de Centros de Población y Areas Productivas
- 128 mdp se han invertido en lo que va de este año
- 847 mdp se erogaron en el mismo período en 2012
De acuerdo con el informe de labores de esta dependencia, a través de la
Comisión Nacional del Agua (Conagua), sólo ejerció 14% del presupuesto
del Programa de Infraestructura para la Protección a Centros de
Población y Áreas Productivas.
Para 2013, Semarnat cuenta con 896 millones de pesos en este rubro, pero ha gastado sólo 128 millones de pesos.
Durante la administración pasada, en el mismo periodo de 2012, el gasto
ejercido fue de 847 millones de pesos en los estados de Baja California,
Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero,
Hidalgo, Morelos, Nuevo León y Tabasco.
La Semarnat informó que para la protección de los centros de vivienda se
tienen programadas 69 licitaciones, por 629 millones de pesos, de las
cuales 55 están en proceso de adjudicación y 14 quedan pendientes de
publicar convocatoria.
El jueves, la Cámara de Diputados hizo un exhorto a la Conagua para
garantizar la seguridad hídrica de los habitantes de los municipios
afectados, para que realice las obras consideradas en dicho programa.
Desde 2010, este organismo identificó a través del Atlas de
Vulnerabilidad Hídrica que entre los estados que podrían ser más
perjudicados por los embates del clima eran Guerrero, Veracruz y Oaxaca;
sin embargo, las principales inversiones en este año han sido en la
zona metropolitana del Valle de México.
EL UNIVERSAL informó que la Conagua alertó desde agosto sobre la
debilidad de los Centros Regionales de Emergencias para atender
desastres como los provocados por los ciclones Ingrid y Manuel.
Consultadas al respecto, Semarnat y Conagua negaron que exista
subejercicio del gasto público y que todos los recursos, aunque no se
hayan usado aún, “ya se encuentran comprometidos”.
Según el Primer Informe de Labores de la Semarnat, del 1 de septiembre
pasado, se ha trabajado en la canalización de Arrollo Alamar, en el
estado de Baja California Sur, así como la realización de obras de
protección sólo en el Río Huacapa en el estado de Guerrero.
“A efecto de proteger a la población de la zona metropolitana de la
Ciudad de México contra inundaciones que se presenten en la temporada de
lluvias, se llevan a cabo sistemáticamente acciones de operación,
mantenimiento y rehabilitación de la infraestructura con que se opera el
Sistema Hidrológico del Valle de México, cuyo objetivo es controlar y
conducir las aguas pluviales y residuales que se generan en la zona”,
explica la Semarnat.
Precisamente el Río Huacapa fue uno de los que se desbordó con el paso
de “Manuel” y que de acuerdo con el alcalde de Chilpancingo, Mario
Moreno Arcos, causó daños catastróficos, pues parte la ciudad en dos.
De acuerdo con el documento, el Programa Nacional de Seguridad de Presas
sólo inspeccionó 351 obras, equivalente a 40% de la meta anual
programada.
“Con la finalidad de verificar la seguridad de las obras hidráulicas,
principalmente de aquellas cuya capacidad de almacenamiento es menor a
dos millones de metros cúbicos, durante 2013 se programó realizar
visitas de inspección a 878 obras de presas y bordos para diagnosticar
daños y fallas”, se detalla.
- Reducción de riesgos
A pesar de que la Semarnat recibió el 21 de diciembre de 2012 un
financiamiento del Banco Mundial (BM) por 105 millones de dólares para
modernizar el Sistema Meteorológico Nacional (SMN), los trabajos de
reforzamiento de las estaciones de monitoreo están pendientes.
Además se espera, todavía, una mayor capacitación del personal, así como
la instalación y operación de ocho centros hidrometeorológicos
regionales.
Los lugares donde los centros serán instalados son Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas; Mérida, Yucatán; Boca del Río, Veracruz; Obregón, Sonora; Valle
de México; Guadalajara, Jalisco; Monterrey, Nuevo León, y Torreón,
Coahuila.
“Próximamente se inaugurarán el de Mérida, Yucatán, y el de Boca del
Río, Veracruz, los que contribuirán a fortalecer la vigilancia
meteorológica y climatológica en el país”, explica.
El especialista del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), Arturo
Quintanar Islas, señala que entre las deficiencias de las estaciones de
monitoreo es que cada agencia —como la Fuerza Área, la Secretaría de
Marina y Pemex— tienen sus propias redes y no existe coordinación entre
éstas.
Advierte además que lo que pueden dar las estaciones de monitoreo son
fotografías de momento y, aunque esto puede ocurrir en tiempo real, se
necesitan análisis más detallados para pronosticar los efectos del
cambio climático.
Deberán rendir cuentas
Los ciclones “Manuel” e “Ingrid” dejaron más de 150 muertos a su paso
por México, una ingente labor de reconstrucción pendiente y la incógnita
de saber quiénes fueron los culpables de la lenta respuesta
institucional y de la construcción de viviendas en zonas de riesgo.
“Esto fue una ‘tormenta perfecta’, un evento absolutamente inusitado e
inusual” que “rebasó la capacidad de respuesta” del país, dijo a Efe el
experto en gestión de desastres Ricardo Zapata, consultor de la Unión
Europea (UE) y ex funcionario de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal).
Además de las condiciones climáticas extremas propiciadas por la llegada
de dos ciclones tropicales a la vez, uno por la cuenca del Atlántico y
otro por la del Pacífico, el experto señaló que en el desastre
influyeron también cuestiones políticas.
“Es un evento fuera de lo normal, entre comillas, y que le toca a una
administración que se está estrenando: el director nuevo de la
Coordinación Federal de Protección Civil (Luis Felipe Puente) no tenía
una experiencia previa”, sostuvo.
El también coordinador del Manual para la Evaluación de Impacto
Socioeconómico y Ambiental de los Desastres (Cepal, 2003) explicó que
“si alguna lección habría” que sacar de lo ocurrido “es que, en una
transición de un Gobierno a otro (...), debería mantenerse una base
técnica en ciertos aspectos cruciales”.
Está de acuerdo en que México es un país con experiencia en gestión de
desastres, afectado por el paso del huracán “Paulina”, en 1997, por
ejemplo, pero sostiene que “una parte de las lecciones las desaprendió”
en esta ocasión al confiarse en exceso en que “la institucionalidad
estaba ahí y funcionaba”.
El Gobierno admitió el pasado 30 de septiembre que entre las varias
causas del desastre están “una deforestación totalmente ilegal y
desproporcionada”, la acción de “invasores” de terrenos, en general
población de escasos recursos que construye viviendas en zonas de
riesgo.
También la entrega por parte de algunas autoridades de “licencias de
construcción para viviendas en lugares donde nunca se debió permitir
eso”, dijo recientemente el subsecretario de Normatividad, Eduardo
Sánchez.
Para Zapata, que lleva años trabajando en materia de gestión de riesgos,
es claro que ante un fenómeno extremo como el ocurrido, que afectó a
dos terceras partas de México y dejó 1.7 millones de afectados, “dar la
alerta en sí no basta”.
“Se requiere que quien reciba la información tenga un manual de
comportamiento de qué hacer”, algo que, por ejemplo, no sucedió en 2004
con el tsunami que ocurrió el 26 de diciembre en el océano Índico, en
plena época de vacaciones.
En México “lamentablemente la entrada de los ciclones coincide con los
feriados (festivos) patrios del 15 y 16 de septiembre”, cuando se
celebra la Independencia mexicana, recordó.
“El país estaba volcado a llevar la fiesta en paz, evitar que hubiera
manifestaciones, a que no surgieran disturbios, estaban abocados a otros
tipo de seguridad y no a esta” que tiene que ver con un riesgo
climático, apuntó.
El Gobierno mexicano ha prometido “una investigación exhaustiva” a cargo
de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu),
de la que quizás salgan los nombres de algunos responsables.
Zapata se pronunció a favor de centrarse en la reconstrucción, en la búsqueda de soluciones y evitar una “acerías de brujas”.
En ese sentido, Mario Garza Salinas, coordinador del diplomado en
Protección Civil y Prevención de Desastres de la Universidad
Iberoamericana (UIA), estimó necesaria una rendición de cuentas plena
sin “ir hacia el revanchismo”.
“Es una característica de un país democrático no dejar la cosas así,
nada más, y olvidadas, porque se van a seguir replicando estas conductas
corruptas en un momento dado”, comentó.
Garza señaló que uno de los mayores problemas de la gestión de riesgos
en México tiene que ver con que en materia de Protección Civil hay “una
política pública principalmente reactiva, operativa, de atención de
desastre” y lo necesario es “invertir esa ecuación”.
Hasta hoy el peor desastre en términos económicos ocurrido en el país es
el causado por los huracanes “Wilma” y “Stan” en 2005, que tuvo un
coste de 105,000 millones de pesos (8,015 millones de dólares).
El paso reciente de “Manuel” e “Ingrid” fue el segundo, al dejar una
factura de unos 75,000 millones de pesos (5.725 millones de dólares),
por delante del terremoto de 1985 en la ciudad de México, en el que las
pérdidas ascendieron a 40,000 millones de pesos (3,053 millones de
dólares).
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