¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
La represión es ya regla...
María Teresa Jardí
La
petición de acciones urgentes vuelve a ponerse de moda y todos los días
llegan correos de denuncia del corte represivo que suman la represión
como regla a la violencia de Estado y a la existente por fuera del
Estado de la que da buena cuenta el asesinato de los hermanos Páramo
González aunque se vaya perfilando el caso por la información publicada
por los medios como un ajuste de cuentas entre particulares e incluso
amigos que se traicionan unos a los otros.
El problema de la violencia está en la ausencia de valor que hoy tiene
la vida en México. En el cambio de valores y en el entierro de los
principios que son asidero en el momento de elegir, sabiendo que nadie
tiene el derecho, de entrada, de privar de la vida a otro. Siempre habrá
casos. Los hay que son incluso excluyentes de la responsabilidad desde
el punto de vista jurídico como la defensa de la propia vida ante la
amenaza de perderla. Siempre habrá casos en los que se pueda entender,
aunque igual a veces no se pueda justificar, la acción de privar de la
vida a otro.
Pero es el entierro de los principios que se ha promovido y tolerado
como decisión cupular de los que detentan el poder en el país donde se
encuentra, quizá, el mayor de nuestros inmensos problemas.
Y si un trabajo largo fue el de asesinar los principios a pesar de
contar con la telebasura a modo para taladrar en los televidentes el
cambio de valores. Imponiendo para llenar el vacío, de los valores que
se iban promoviendo como despreciables, a los antivalores que hoy
imperan como si fueran valores: los buenos son siempre tontos... los
tontos son los pobres... A los pobres, como son tontos, los malos, si
son ricos, pueden hacerles impunemente de todo. Ya se encargará Dios de
matarlos cinco minutos antes de que acabe el culebrón que se fue
imponiendo como regla en la mente de una sociedad enajenada a la que a
la vez se le hace soñar que se vale envidiar a los que todo lo tienen y
por eso dictan las reglas para los otros aunque salte a la vista que las
reglas que se imponen y las leyes que se cambian son en beneficio de la
clase dominante y nunca de las mayoría.
Todo vacío se llena. Y, sí, llevó muchos años vaciar a los mexicanos de
valores. Pero recuperarlos sería un trabajo de siglos en el entendido de
que se entendiera que la imposición del sistema capitalista no funciona
y que se tienen que buscar otras formas de relación entre las personas y
de los humanos con la naturaleza.
No es en el tener donde está la posibilidad del cambio a una vida feliz y plena para todos.
Es en el ser, que lleva como centro a cada persona, donde se encuentra
la única posibilidad de vida digna para todos. Vida digna que de la mano
va del combate a la violencia, por parte, entonces sí, de todos. Esa es
ni más ni menos la firma del pacto social virtual que el país demanda
de manera rauda. El tiempo pasa volando y el regreso del PRI pinta para
otro fracaso del mismo tamaño del alcanzado por los doce años, terribles
para los mexicanos, del paso del panismo por el Ejecutivo federal, que
desarmado en su estructura ética, no da respuesta ya ni a los mínimos
servicios como el del agua que es obvio que busca privatizar a costa de
acostumbrar, de entrada, a los que vivimos en el Distrito Federal a
comprarla en pipas o a vivir sin ella. Primero por unos y luego por los
otros hasta llegar a todos...
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