sábado, 9 de marzo de 2013

En verdad estamos peor que hace un siglo

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Entre otros neoporfirios Díaz están los partidos electoreros
Alvaro Cepeda Neri


Prólogo Político
 
La monumental obra de Víctor Hugo Los miserables, es toda una historia universal de la pobreza (“los pobres entre los pobres”), de la política, de la policía; de los buenos y malos curas; sobre la prostitución, la maternidad, los huérfanos, las cárceles, los gobernantes que abusan del poder, los que cumplen con su deber. Sobre ella se han producido tantos guiones cinematográficos, que le han restado lectores a tan indispensable autor. Y es un tratado sobre las consecuencias de la guerra, que cuestiona con maestría literaria el conocimiento de la naturaleza humana: las virtudes y perversidades del hombre-mujer-humanidad. Es una obra magna que más que antes debería ser lectura obligada para comprender la profunda y pavorosa crisis política, económica y social de los mexicanos que, aún con la aparente indolencia y resistencia a soportar injusticias, son como Nación un volcán que puede estallar. Y que la élite de los poderes económicos y políticos subestiman, desprecian o tratan como “aquí no pasa nada”.

Y los partidos electoreros, cazadores de cargos para sus grupos se han convertido en los nuevos Porfirios Díaz, máxime que el militarismo para hacer frente a las delincuencias, anda campantemente por las calles (también cometiendo hechos delictuosos: roban secuestran y desaparecen mexicanos, violan sexualmente, etc.) y el pueblo ya teme tanto a los marinos, como a las policías. Ya los partidos no presentan a candidatos de representación popular. Son agencias de colocación, mediante todas las trampas para obtener votos y apoyos en mítines con “acarreados” mediante un soborno (Peña llegó a tener en el Estado de México, cuando era (des)gobernador, su “porra femenina” que le gritaban: “¡quiero un hijo tuyo”… “¡papacito!”.

Es cierto que hasta ahora los mexicanos en la miseria, sin escuelas, sin hospitales, sin empleo: “pobres entre los pobres”, permanecen en su mayoría sin chistar; pero, en las entidades y sobre todo en la capital del país: todos los días hay manifestaciones de repudio, de reclamos, de crítica… a los malos gobernantes que intencionalmente perdieron la brújula constitucional, de “gobernar en beneficio del pueblo”. Y está concentrada la riqueza, como botín, entre empresarios, dueños de las comunicaciones, banqueros (nativos y extranjeros); senadores, diputados, gobernadores, presidentes de la República en manos de partidos electoreros y sus mafias, disputándose territorio y poder con los cárteles del narcotráfico y toda clase de delincuentes. Y todos éstos abusan del pueblo al que tienen aterrorizado con policías, soldados y marinos no pocas veces aliados de la delincuencia.

Ese neoporfirismo, contra cuyo antecesor la pobreza, la corrupción, y la esclavitud de campesino y trabajadores, con el desprecio a los indígenas (¡Porfirio Díaz era zapoteca!), se levantaron los mexicanos ante el llamado de Madero, hoy está representado en los partidos, empezando por el PAN, el PRI y el PRD, y tenemos más pobreza, más desempleo, más explotación obrera, más hambre campesina. La situación general del país es peor que hace cien años.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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