Jenaro Villamil
El “Buen Fin” de Calderón, ilusión mercadológica
Inspirado en el Black Friday, tradición de remates en el comercio estadounidense después del día de Acción de Gracias, el gobierno de Felipe Calderón y las principales cámaras empresariales idearon desde el 2011 el “Buen Fin” para promover el consumo intensivo durante tres días de supuestas ofertas en línea y en piso en los principales establecimientos del país.
Optimistas, la ANTAD, la Canaco, la
Coparmex, la Concamin, el AMPICI (asociación de sitios de venta en
internet) calculan que este año del 16 al 19 de noviembre se realicen
compras por 140 mil millones de pesos, un 36 por ciento más que los 106
mil millones de pesos, registrados en 2011.
La campaña mediática está a todo lo que
da, sobre todo, en la pantalla televisiva y en la radio. Para el eclipse
del mandato de Felipe Calderón representa una operación mercadológica
que encubre el principal dato del fracaso económico de su
administración: el rezago del salario, la carestía frente al incremento
de precios de la canasta básica y su incapacidad para promover medidas
reales y no sólo espectaculares.
Tan sólo
algunos datos de contraste sobre la carestía: entre el 2011 y el 2012,
los precios del huevo, el pollo y la carne se dispararon entre 15 y 40
por ciento. En algunas entidades, el huevo se incrementó más de 100 por
ciento. En contraste, el salario sólo creció 4.4 por ciento, mientras la
inflación general fue de 4.6 por ciento.
El espejismo de una sociedad de consumo
masiva sólo se concentrará en minoritarios sectores de clases media y
media alta que siguen pensando en modas provenientes de la mercadotecnia
norteamericana.
Sin embargo, el “Buen Fin” también es un
pretexto para evadir la profunda decepción social frente a la última
administración panista al frente del gobierno federal.
Felipe Calderón termina cuestionado por la prensa extranjera, en especial, la europea. La revista alemana Der Spiegel realizó
esta semana un duro diagnóstico del fracaso calderonista frente a su
obsesión sexenal: la lucha contra el crimen organizado. Ni se
desarticularon los cárteles (al contrario, incrementaron), ni disminuyó
el comercio ilegal (se expandió, incluso, a otros sectores) y menos se
frenó la inseguridad, la corrupción de los organismos policiacos y
gubernamentales y la violencia social.
El “Buen Fin” de Calderón no dejará el
sabor amargo de las protestas en su contra que ocurren en sus últimos
actos públicos, por más que el futuro ex mandatario pretenda
justificarse con frases de malas ofertas nunca cumplidas.
El “Buen Fin” de Calderón sólo parece
agradar a una minoría de la élite empresarial. Los promotores patronales
de la reforma laboral están felices. El presidente saliente y el
entrante les cumplieron: se impuso una reforma para abaratar el trabajo y
no dignificar el salario.
Son, curiosamente, los mismos
patrocinadores de la jornada de “ofertones” en estos próximos días: la
ANTAD, la Concamín, el Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex y la
Iniciativa México, el invento corporativo de Televisa para cobrar
favores de percepciones de progreso efímero.
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