¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
No se explica tanto odio contra el pueblo
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Mientras la descomposición social y política de México sigue avanzando
de manera acelerada, por la terquedad del grupo gobernante en imponer a
rajatabla las instrucciones que recibe de los círculos de poder
trasnacional, queda de manifiesto que la camarilla al frente del
Ejecutivo federal está dispuesta a seguir adelante en su labor de zapa
contra México, al fin que no hay una resistencia organizada que ponga un
freno a su entreguismo. Para confirmar que el PRI tiene los mismos
intereses y objetivos que la ultra derecha panista, Enrique Peña Nieto
viaja por Europa para ratificar los acuerdos firmados por Felipe
Calderón, muy lesivos para nuestro país.
La actitud servil de ambos frente a la clase política española, no se
entiende sino vista bajo una perspectiva de negocios, no de relaciones
políticas entre dos estados soberanos. Más grave es tal situación si
vemos el trato humillante que reciben los viajeros mexicanos en Madrid,
el cual ha sido denunciado repetidas veces por quienes han sido víctimas
de las vejaciones de autoridades migratorias españolas, sin que el
gobierno mexicano haga nada en defensa de nuestros compatriotas. Al
contrario, hasta los premian, como lo ejemplifican los convenios
firmados por Calderón y ratificados por Peña Nieto con empresarios de la
región de Galicia.
Es increíble el grado de traición a México al que ha llegado la elite
gobernante “mexicana”, que no se encuentra en ninguna otra nación
latinoamericana. Con ello se confirma que tuvo un éxito completo la
estrategia de la Casa Blanca dirigida a descabezar al Estado mexicano
sin tener que invadir militarmente nuestro territorio, puesta en
práctica a partir de 1983. Desde entonces, a la par que se desmantelaba
el aparato económico propiedad del Estado, se iniciaba un
adoctrinamiento eficaz para despojar al pueblo de sus raíces históricas y
culturales, con la invaluable ayuda del duopolio televisivo que así se
fortaleció de manera extraordinaria.
En la actualidad podemos decir que el PRI antidemocrático y fincado en
raíces de viejo corporativismo, de antes del golpe de Estado de los
tecnócratas neoliberales, tenía una firme actitud nacionalista y un
elemental sentido social que permitió la estabilidad del país por muchos
años. Por eso mismo había que liquidarlo, como se hizo eficazmente con
el decidido apoyo de la oligarquía. Por eso podemos afirmar que mientras
los neoliberales salinistas sigan al frente del Estado, no será fácil
corregir el rumbo contrario a los intereses nacionales.
Peña Nieto aún no toma posesión como presidente, aunque carezca de
legitimidad, y ya está actuando como un agresivo “gerente de ventas” de
los bienes nacionales, como lo ha demostrado durante su gira por Europa.
Esto era obvio que lo haría, aun cuando en sus discursos de campaña
haya querido aparecer como un político nacionalista y democrático. En
realidad no importaba que se le creyera o no, al fin que ya se tenía muy
bien puesto el escenario de compra de los votos que hicieran falta para
“ganar” la contienda electoral.
Bien decíamos que estábamos ante la última oportunidad para salvar al
país de una hecatombe, pues de continuar por el camino seguido por la
burocracia panista (aunque quien lo trazó realmente fue la camarilla
salinista), no tendríamos otra salida que la del abismo. Estábamos en lo
cierto en nuestras proyecciones, y ahora tendremos que pagar las
consecuencias. Nos esperan largos años de sufrimientos, de ser
ciudadanos de quinta en nuestro propio país, no sólo por la terquedad
del grupo gobernante en profundizar las terribles desigualdades sociales
y económicas que nos caracterizan, sino porque se habrá de acelerar la
entrega de las riquezas nacionales a capitales privados.
Sociológicamente, el odio de las elites “mexicanas” al pueblo no tiene
explicación, pues pocos pueblos en el mundo han sido tan leales a la
oligarquía, tan aguantadores a las humillaciones de que son objeto, tan
entregados a sus dirigentes aun cuando sólo reciban bofetadas y malos
tratos. El hecho concreto es que no puede ser sino odio el modo como el
grupo en el poder trata a los trabajadores. Otro sería el destino de
México si no existiera esa actitud, pues la clase gobernante se
esforzaría por mejorar las condiciones de vida de los asalariados, de
los campesinos, de los marginados, a sabiendas de que ello redundaría en
bien del país.
Basta pensar en todo lo que podría haberse hecho en favor de la nación
con todos los miles de millones de dólares que ha derrochado la clase
política para favorecer intereses particulares, y de consorcios
trasnacionales, como ahora lo está haciendo mediante los convenios con
las autoridades españolas, altamente lesivos a Pemex y al país. Ahora se
sabe, por ejemplo, que tan sólo con la transacción con Repsol, la
paraestatal mexicana perdió 18 mil 653 millones de pesos.
(guillermo.favela@hotmail.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario