sábado, 13 de octubre de 2012

¡Bara, bara, todo México en ofertón...Bara!

TODO México está de 'acuerdo' en vender este maravilloso País. ¡Para que queremos enemigos!
¡¡Exijamos lo Imposible!!
Privatización de PEMEX 
Lilia Arellano

 
Estado de los ESTADOS

EPN ofrece a alemanes energéticos
Prioritarias
: reformas estructurales
Atascada reforma laboral en Senado

Ajustarán estrategia contra el narco

ONU
: debe combatir Ejército en calles
Confiscan bienes a ex gobernadores


Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro”.- Antonio Gala
 

Hace un año, Enrique Peña Nieto declaró al diario “Financial Times” que de llegar a la Presidencia de la República modificaría el régimen legal de Pemex para permitir la inversión privada en actividades reservadas por la Constitución a la empresa paraestatal. Y ahora, este viernes, en Berlín, Alemania, confirmó que su gobierno abrirá a la iniciativa privada el sector petrolero nacional, a través de una reforma energética, que deberá ser aprobada por el Congreso. Se trata de una de las reformas estructurales que el neoliberalismo, ahora con la casaca priísta, impondrá, si lo permitimos los mexicanos y legisladores de oposición en particular, con la reforma laboral que se debate en el Senado, y las que se preparan en materia hacendaria y fiscal, con el propósito de presuntamente generar mayor crecimiento económico, elevar la competitividad del país, generar mayor riqueza, aunque persista su desigual distribución y, lo peor, es que el peso recaerá en las espaldas de los trabajadores y los recursos energéticos del país.

Al igual que la reforma laboral, la reforma energética se intentará imponer a toda costa a los mexicanos, sin contar con un amplio consenso social y sin que antes se desarrolle un debate extenso y franco con las fuerzas políticas de oposición, con todos los sectores productivos, con las organizaciones sindicales y de trabajadores y con la ciudadanía en general. En lugar de tomarse el tiempo necesario para realizar un cambio de esa magnitud en la estructura legal, administrativa y operativa de la principal generadora de riqueza de México, y buscar con todo cuidado un modelo mexicano que lleve a Pemex a una mayor eficiencia y que permita que el sector energético pueda desarrollar adecuadamente su potencial y contribuir a la economía de una mejor manera, se tiene la intención de imponer dicha reforma a rajatabla, de modificar el régimen legal para permitir la inversión privada en actividades reservadas por la Constitución al sector público.

Dados los resultados de la elección federal del pasado 1 de julio, todo parece indicar que la visión de la derecha, incrustada en el PAN pero también en el PRI y sus satélites, que busca una extraordinaria fuente de riqueza en el oro negro y la exploración y explotación de los hidrocarburos, entre otras fuentes de energía, a través de una mayor participación de la iniciativa privada, particularmente de trasnacionales que buscan únicamente la ampliación de su riqueza, se impondrá en el Congreso mexicano a la visión de los partidos de oposición como PRD, PT y Movimiento Ciudadano, e incluso a algunos sectores aún nacionalistas dentro del PRI, que pugnan por la modernización de la injerencia pública, así como mantener los recursos energéticos de la Nación en manos del Estado, en una fuerte empresa pública, precisamente el camino contrario al que se ha seguido en los últimos dos sexenios encabezados por el panismo conservador.

Preocupan, en el país, las declaraciones de Enrique Peña Nieto ante dirigentes empresariales del Deutsche Bank y de la Latin American Veraint (asociación), en el sentido de que su gobierno impulsará las reformas legales necesarias para la apertura del sector energético mexicano al capital privado en los sectores de exploración, explotación y refinación, aunque matizó que “sin que el Estado pierda la propiedad de los hidrocarburos o la rectoría económica de Pemex”. Inquieta sobremanera, que su visión sea reduccionista al señalar que “aferrarnos a paradigmas de carácter ideológico o a resistencias apegadas a ese principio, estaremos posponiendo beneficios para todos los mexicanos”. Alarma, también, que la dirigencia nacional de su partido, que encabeza Pedro Joaquín Coldwell, secunde estas intenciones sin un amplio debate nacional y la construcción de los consensos indispensables para sacar adelante una reforma energética de esa magnitud en el Congreso de la Unión que modifique la Constitución para lograr mayor apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) a recursos privados.

Peña Nieto argumenta que la reforma de marras se instrumentaría para favorecer a la población con insumos energéticos de mejores precios y de mayor acceso, que es el mismo argumento que se ha venido manejando desde hace años para ir abriendo cada vez más a Pemex a la participación privada trasnacional con los resultados que todos resentimos, es decir, energéticos carísimos, como nunca en la historia del país, que benefician sólo a las compañías extranjeras y lesionan todos los días el patrimonio de millones de mexicanos, sin excepción. También, falazmente señala que empresas estatales difícilmente pueden encontrar pormismas capacidades financieras para el desarrollo de infraestructura y para la exploración y producción que se requiere, cuando esto lo logró ya la propia Pemex, no sólo en el terreno financiero sino, sobre todo, en el técnico, antes de que se les ocurriera a los gobiernos neoliberales compartir y desviar la riqueza que esta generaba con empresas privadas y trasnacionales, en deterioro de la propia empresa y del patrimonio de todos los mexicanos en general.

El próximo presidente de México, también advierte que su administración promoverá otras reformas de carácter estructural, como la hacendaria que, dice, permitirá mayor competitividad y generación de empleos, además de flexibilizar el régimen fiscal para el pago de impuestos. Preocupación, pena y tristeza da cuando se ve al mexiquense promoviendo al país como el paraíso de la maquila, cuando ya es la cuarta nación maquiladora del mundo, y del comercio libre, sin trabas, con 44 acuerdos comerciales con otras naciones, que han impulsado el cierre de la planta productiva del país, porque los productos, artículos y mercancías “es más barato”, producirlos en otro lado e importarlos.

ATASCADA REFORMA LABORAL

La “iniciativa preferente” de reforma laboral de Felipe Calderón se encuentra atascada en el Congreso, lo cual no es nada raro ya que, revelado está, pretende legalizar la precarización del trabajo y crear un mercado laboral que transfiera una mayor parte de los dividendos de la actividad económica a los dueños de las empresas. Sin duda que se trata de una iniciativa imperfecta, que está lejos de lograr un balance indispensable para que su aplicación sea en beneficio de México y los trabajadores y empresarios del país. Es un hecho irrefutable que no mejora la transparencia de los sindicatos; que no protege los derechos básicos de los trabajadores; y que no genera espacios ni condiciones para crear empleo destinado a mujeres y jóvenes; sólo está enfocada a beneficiar a los patrones.

Es completamente ilógico que si la iniciativa preferente calderonista pretende generar empleos vaya contra los trabajadores. También suena muy falaz la declaración de Enrique Peña Nieto, en el sentido de que la nueva legislación laboral, en proceso de aprobación en el Senado, “flexibiliza, favorece y hace más fácil la contratación”, cuando son evidentes los riesgos en los que están los cada vez menos trabajadores que tienen contratos laborales generosos y para los millones de desempleados y subempleados no hay perspectivas para acceder a un trabajo formal y bien remunerado. Desolador es el panorama para 3 millones de estudiantes que anualmente ingresan a las universidades y que son mínimas sus posibilidades de disponer de un ingreso que les permita trabajar y estudiar

Por eso el debate no es menor y en él Pedro Joaquín Coldwell, el dirigente nacional del PRI, acusa al PAN de obstaculizar dicha reforma en el Senado de la República y de anteponer sus intereses a los del país. Acusó que “hay una estrategia del PAN tendiente a arrinconar a los dirigentes (sindicales), más que a construir acuerdos. En el PRI como partido no estamos contra la transparencia sindical, siempre y cuando tenga congruencia con lo que establece el Artículo 123 de la Constitución y en consonancia, con lo que establecen todos los tratados internacionales en la materia”.

El quintanarroense dijo que la reforma laboral no debe sobre politizarse y que los grupos parlamentarios en la Cámara de Senadores deben dejar cualquier interés partidario por el interés de la nación. Tras participar en la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), Coldwell pidió a las fuerzas políticas dejar que la reforma laboral cuaje, que sea aprobada en el Senado, porque, admitió, si bien la minuta que llegó al Senado desde la Cámara de Diputados no es perfecta, tiene avances muy importantes en materia de flexibilidad del mercado laboral”. Sostuvo que los legisladores deben encontrar “la técnica legislativa adecuada para ver de qué manera pueden ampliarse los márgenes de transparencia sindical y ser congruentes con lo que dice la Constitución”. Por supuesto que nos gustaría ser testigos del descubrimiento de dicha fórmula, sobre todo de su aplicación.

EJERCITO SEGUIRA EN LAS CALLES
sigue leyendo

No hay comentarios: