¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Seguirá el lavado de dinero
Francisco Rodríguez
Indice Político
¡Vaya
que Felipe Calderón y su fallida Administración son retorcidos!
Terminan él y su “gobierno” por donde debieron empezar. Es hasta el
agónico final de su ocupación de Los Pinos que, en efecto, se hace de
dos instrumentos que resultan básicos para una verdadera y efectiva
guerra –como él mismo la bautizó— en contra de la delincuencia
organizada. O casi toda, valga subrayar.
Por principio de cuentas –y ya se lo dijeron en todos los tonos, pero
nunca entendió—, a los narcotraficantes debió atacárseles no sólo con la
cuestionable “violencia legítima del Estado”, sino con acciones
directas en donde más duele a todos: el lavado o blanqueo de los muy
cuantiosos recursos que producen prácticamente todas las actividades
fuera de la ley.
Apenas desde la semana anterior hay una también cuestionable legislación
–aún no entra en vigor— con la que Hacienda y la PGR, pestañas del Gran
Hermano orwelliano, van a entrometerse todavía más en las vidas
personales de los ciudadanos, pues los grandes “lavadores” siempre
encuentran cómo darle la vuelta a estos instrumentos jurídicos, no así
el ciudadano, el contribuyente regular.
En todo caso, esos grandes lavadores pagan multas y continúan con sus
operaciones como sucedió apenas en Estados Unidos—un ejemplo entre
muchos— donde el banco Wachovia fue pillado lavando 380 mil millones de
dólares que, dijeron, eran de narcos mexicanos.
¿Qué le pasó a esa institución bancaria? ¿Cuántos de sus funcionarios están en la cárcel?
Usted seguro sabe bien la respuesta. Wachovia pagó una multa irrisoria e
inmediatamente fue desaparecida y sus negocios absorbidos por otro gran
banco estadounidense, Wells Fargo, donde los detergentes y el cloro
deben ser instrumentos de trabajo de uso común.
Aquí mismo, HSBC también fue encontrada culpable en tribunales del
imperio vecino, de entrarle al “chaca-chaca” y al “Acapulco en la
azotea”. ¿Qué sucedió? Otra multa y a encender la Hoover otra vez.
Los ciudadanos como usted y como yo, en cambio, tendremos qué explicar a
la autoridad cualquier movimiento bancario, adquisición de inmuebles o
hasta de un triste reloj, si a juicio de los funcionarios y vendedores
resulta “sospechoso”.
Tal y como ya nos lo hacen con los depósitos bancarios en efectivo que superen los 15 mil pesos mensuales.
Medidas como estas son para “exprimir” aún más a los ciudadanos. De
ninguna manera para combatir a los delincuentes y sus socios
empresariales –sólo que ahora van a cobrar más caro la docena—, quienes
seguro están celebrando que seguirán en el negocio del Vel Rosita. ¿Para
qué atacarlos? ¿Por qué? En muchos casos son socios, ¿o no?
PENA POR LOS PENALES
De risa loca. Calderón y sus paniaguados presumieron en meses recientes
que a ellos no se les había escapado ningún reo de los penales
federales… por la sencilla razón de que no había penales federales.
Es hasta ahora, en los estertores del calderonato, que lo hemos visto y
seguiremos viendo inaugurando centros de reclusión para aquellos pocos
presuntos delincuentes que han sido capturados –muchos, la inmensa
mayoría, aún no han sido juzgados— en la llamada “guerra” sexenal. Los
demás han sido acribillados, eliminados, desaparecidos, pues tal parece
ser la orden de “limpieza social radical”.
Que esos penales no debieron construirse desde el inicio de la fallida Administración. ¿Por qué hasta el final?
¿Algún “bisne” de por medio? ¿Para acabar de llenar la hucha antes de que estos seis años culminen?
O quizá por aquella anécdota en la que cuentan que había un gobernador
que, también al término de su gestión, se dio a la tarea de construir
cárceles. Y que cuando fue interrogado de por qué mejor no construía
escuelas, respondió: “Porque a la escuela está muy difícil que regrese,
en cambio a la cárcel…”
¿Será que algún funcionario federal del presente va a inaugurar, desde adentro, las nuevas cárceles federales?
Índice Flamígero: Una semana ha durado ya el enredado caso de la
ejecución del presunto Heriberto Lazcano, cabecilla de Los Zetas. Cada
día agrega elementos que ponen en duda las capacidades de las fuerzas
federales mexicanas, en este caso la Marina Armada, y la injerencia del
gobierno de Estados Unidos. Ahora resulta que allá, en el norte, ya
sabían que sí era “el Lazca”, desde antes de que se robaran el cuerpo de
la funeraria. ¿Por qué no se lo confirmaron a Calderón? ¿Por qué lo
dejaron cual blanco del ridículo durante siete días? + + + Ya sólo
quedan 46 días para que iniciemos una nueva cuenta regresiva sexenal.
www.indicepolítico.com / pacorodriguez@journalist.com
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