(Tercera Parte)
Jenaro Villamil
Papel de las Encuestas, la Inequidad
La asesoría de Televisa, a través de
Grupo TV Promo, no se limitó solamente a recomendar lineamientos y
apariciones en televisión. Incluyó, desde el principio, manejar
favorablemente las encuestas. En el apartado de “Definiciones”, la
“Propuesta de Trabajo” planteó:
“El círculo verde sólo fija agenda cada
tres años en los procesos electorales, en los temas de interés resultado
de las encuestas y, en las contadas ocasiones, en los que se desborda
sobre un tema; la opinión pública no opina ni analiza y sus voces
no se reproducen en el espacio público más que como réplica de los
estudios de opinión que fija prioridades en la agenda” (subrayados propios).
Por esta razón, le recomendaron realizar estudios de opinión y encuestas favorables con tres “implicaciones estratégicas”:
“-Mantener y acrecentar la simpatía y aprobación de la opinión pública.
“-Generar escenarios favorables para el trabajo del gobernador y su proyecto político-gubernamental en la opinión publicada.
“-Promover y consolidar el
reconocimiento positivo de la administración 2005-2011 en los dos
niveles con alance regional y nacional”.
El uso intensivo de las encuestas como
parte de la promoción política se convirtió en una parte medular del
proyecto de Enrique Peña Nieto. En su “cuarto de guerra” estuvieron
presentes desde 2009 los resultados de las principales casas
encuestadoras.
En 2012 el vínculo entre las principales
casas encuestadoras y los medios de comunicación (la mayoría con
convenios de publicidad con Enrique Peña Nieto) reforzó la guerra de
encuestas: Grupo de Comunicación Estratégica (GCE), de Liébano Sáenz y
Federico Berrueto, trabajaron primero para Grupo Milenio y luego fueron
desplazadas por GEA-ISA; Consulta-Mitofsky, a través de Radio Fórmula y
Grupo Televisa; además de las financiadas por distintos medios como Excélsior, El Universal, Reforma, El Sol de México, UnoTV.
En 2012, se generó una verdadera
intoxicación de encuestas como parte de la propaganda electoral. Según
los datos del IFE, entre el 12 de abril y el 26 de mayo se publicaron
680 encuestas, es decir, un promedio de 14 diarias. El mismo instituto
admitió que el principal problema no fue la metodología sino la
“difusión de la publicidad que se autodenomina ‘encuesta’ sin respaldo
alguno en diarios de orden local”.
Durante semanas y meses, GEA-ISA publicó un tracking diario
(sondeo telefónico) que mantuvo 15 puntos arriba a Peña Nieto; y el
resto de las encuestadoras más importantes sólo registró ligeras
variaciones que reforzaron la percepción del candidato del PRI-PVEM como
invencible.
La presidenta de la Asociación Mexicana
de Agencias de Investigación y de Opinión Pública (AMAI), Gabriela de la
Riva, aseguró que las 36 casas afiliadas a ese organismo –entre ellas,
las más importantes como Mitofsky, Berumen o Ipsos- cumplieron criterios
metodológicos, pero le aclaró al periódico español El País que ella “no mete las manos al fuego” por las encuestas publicadas en medios de comunicación.
“Arriesgarse a participar en un engaño
impacta, sin exagerar, la propia subsistencia de la organización o de la
empresa que lo hace, porque traiciona ese producto mismo que vende, que
es la credibilidad”, advirtió De la Riva, en el evento Laboratorio
Político, organizado el 28 de febrero.
A pesar de estas advertencias la
percepción generalizada fue de desconfianza en las encuestas, según un
análisis de Etelberto Cruz, especialista de la UAM. Para el doctor en
ciencias económicas la insistencia de publicar encuestas que le daban
una ventaja de más de 15 puntos a Peña Nieto formó parte de una “cultura
de la depresión que busca promover la inacción, la parálisis de la
gente”.
Los resultados del conteo rápido del IFE
no confirmaron ese guión que durante 90 días promovieron la mayoría de
las encuestas: en lugar de los 15 puntos de ventaja, Peña Nieto tuvo la
mitad, un rango de 6.8 puntos frente a López Obrador. Un resultado muy
similar, por cierto, a la encuesta patrocinada por el Observatorio
Universitario Electoral (OUE), realizada por Berumen y Asociados. Cuando
se dio a conocer esta encuesta, los comentaristas televisivos la
descalificaron de inmediato.
Ahora, Ciro Gómez Leyva, quien cada
noche presentó la encuesta GEA-ISA en Milenio TV, pidió “disculpas” por
el error evidente, pero no por la inducción. En Foro TV, el martes 3 de
julio aparecieron los encuestadores para justificar el sesgo
incorregible.
Le corresponderá al Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación qué papel jugó esta “operación
encuestas” en la inequidad de la contienda.
consulta la primera y la segunda aquí.
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