Recibe El Vaticano 4 mil denuncias sobre abuso sexual en la última decada
MÉXICO, D.F. (apro).- El cardenal Joseph William Levada reconoció hoy
que existe un “dramático aumento” de denuncias de abusos sexuales por
parte de religiosos contra menores, por lo que el Vaticano, sentenció,
se ha comprometido a eliminar “esa plaga” del sacerdocio.
Durante
un simposio internacional sobre el tema, realizado en la Universidad
Gregoriana de Roma, el prelado detalló que en los últimos 10 años la
Congregación para la Doctrina de la Fe ha recibido denuncias sobre más
de cuatro mil casos de abusos sexuales, y ha quedado en evidencia, dijo,
“lo inadecuado de una respuesta exclusivamente canónica (de derecho
canónico) a esta tragedia” y también “la necesidad de una respuesta más
compleja”.
Por su parte, en un mensaje leído en la apertura del
simposio, Benedicto XVI manifestó que la atención y curación de las
víctimas de abusos sexuales debe ser una preocupación “prioritaria” para
la comunidad cristiana e ir de la mano con una “profunda renovación de
la Iglesia en todos los niveles”.
Según Joseph William, de parte
del papa Benedicto XVI, del Vaticano y de las conferencias episcopales
existe el “máximo compromiso para encontrar los mejores modos de ayuda a
las víctimas”.
Se trata, agregó, de “proteger a los menores y
formar sacerdotes de hoy y mañana para que sean conscientes de esta
plaga y para que sea eliminada del sacerdocio”.
Levada recordó lo
que Benedicto XVI ha hecho para enfrentar el problema desde que en 2001 y
2002 explotó el escándalo de abusos sexuales del clero en Estados
Unidos.
“Quiero expresar mi gratitud personal al papa Benedicto
XVI, que entonces como prefecto (de la Congregación para la Doctrina de
la Fe) fue determinante en implementar nuevas normas para el bien de la
Iglesia”, afirmó.
No obstante, añadió, “el Papa ha sufrido ataques
por parte de los medios en estos últimos años en varias partes del
mundo, cuando en cambio debería haber recibido la gratitud de todos
nosotros, en la Iglesia y fuera”.
Asimismo, habló de la necesidad
de escuchar a las víctimas y de la obligación de la Iglesia de
comprender “la gravedad de lo que han sufrido”.
El cardenal
resaltó la necesidad de reforzar la protección de menores y de mejorar
la formación de los sacerdotes, sometiéndolos a un mayor escrutinio, con
la intención de que “no se repitan nunca más los casos de abuso”.
Afirmó
que la colaboración de la Iglesia con las autoridades civiles en estos
casos “reconoce la verdad fundamental de que el abuso sexual de menores
no es sólo un crimen de derecho canónico, sino también un crimen que
viola las leyes penales en la mayor parte de las jurisdicciones
civiles”. Añadió:
“Vale la pena repetirlo: aquellos que han
cometido abusos son una pequeña minoría, sin embargo esta pequeña
minoría ha provocado un grave daño a las víctimas y a la misión de la
Iglesia”.
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