jueves, 9 de febrero de 2012

No más les faltó empezar a rezar el rosario

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Mota, monótona, monotemática
Manuel Salazar Avila

“Mas no quiera el cronión que llegues a ser rey(na) de Itaca”

Pues bien, lo que ha de suceder, sucedido está, y a partir de este domingo 5 de febrero, el PAN cuenta ya con el abanderado que lo representará en la contienda del 1º de julio para elegir el próximo presidente de la República, en este caso, una mujer: Josefina Vázquez Mota. Enhorabuena para los que apostaron por ella, así hayan sido pegotes patéticos de última hora como el gobernador de Morelos, Marco Adame. Enhoramala para los mexicanos si llegara el caso de que, tan respetable señora, por otros conceptos, nos gobernara, tomando en cuenta las señales ya expresas, ya veladas, que en su mensaje de recepción ha tenido a bien enviar al respetable.

Un triunfo, digámoslo de soslayo, que a nadie sorprendió, excepto al presidente Calderón cuyo empecinamiento en sus proyectos fallidos lo han llevado de fracaso en fracaso, inexorablemente. Doña Josefina logró posicionarse en las preferencias de los panistas desde el inicio de la precampaña de forma irremisible, dejando pronto muy atrás a sus dos adversarios: Santigo Creel y el ungido con el beso del diablo, que resultó ser más bien el cordero pascual del holocausto. Ah, justicia divina, y la historia necia retorna como el burro de la noria. ¿Tan escasa memoria tiene el señor que reside en Los Pinos que tan pronto ha olvidado cómo se cocina la sopa que él mismo le hizo tragar a su antecesor?

Que el triunfo de Vázquez Mota se veía venir lo muestra la forma abrupta como el PRI se deshizo de doña Elba Esther, muy a tiempo y previendo males mayores. Las baterías envenenadas de la ex Secretaria de Educación, víctima de públicos agravios por parte de la Jefa de Jefas, se hubieran enfocado con fervor patrio sobre la humanidad de la profesora, volviendo más vulnerables de lo que en es el maniquí de Televisa.

Se hace necesario entrar, ahora, al análisis del pasado, farragoso y reiterativo discurso que Vázquez Mota pronunció la noche de su asunción, al encontrar ahí el germen de un proyecto que bien vale la pena empezar a develar, con el propósito de que nadie se diga engañado en caso de que doña Josefina llegara a ocupar el cargo que define la vida de todos los mexicanos.

La gratitud (de gracia, don) es una cualidad de las personas que saben reconocer el servicio prestado por los otros. Una alta virtud si quiere vérsele por ese lado. Pero, si este concepto se manosea a tontas y a locas como lo hizo a lo largo del texto la señora Vázquez Mota, se le vacía de contenido; pierde eficacia retórica y se convierte en una impostura. No hubo párrafo en el que la ex Secretaria de Sedesol no incluyera la palabra gracias. Vaya, nada más faltó que al portero de las oficinas del PAN le extendiera su más ferviente y ardoroso reconocimiento, que hubiera sido más meritorio, desde luego, que hacerlo con la zopilotera que la rodea esperando hueso. Cómo nos trajo a la memoria al gran Púas que, al final de la pelea y todo molido a puños aún arriba del cuadrilátero, tenía arrestos para mandarle saludos a toda la raza de la Bondojo: “Ah, y a mi compadre que me está viendo y que tanto quiero le digo que prepara las chelas que ay voy”. Y sólo un pudor inexplicable detuvo a doña Jose para no haberle extendido sus cumplidas gracias a la Virgencita de Guadalupe. Oh, error imperdonable. El pueblo no lo olvidará a la hora de votar. Oloverán.

Que era un gesto de fina cortesía agradecerle al presidente sus “buenos” oficios para que no siguieran haciéndola papilla en la refriega, se entiende. Pero, hacerlo de manera aspaventosa, pareció más una sangrienta burla para recordarle al primer panista de México (jijijí) que a pesar de los pesares, había llegado. La referencia a Margarita Zavala, hace creíble la especie de que ésta tuvo que intervenir para que los perros de presa de Calderón dejaran de hostilizar a la amiga acorralada.

Lo anterior, que no pasa de ser mero folclor, pierde importancia ante el propósito manifiesto de continuar con la misma enjundia y “energía”, la lucha en contra del crimen organizado iniciada por Calderón, cosa que a más de tres les habrá puesto la carne de gallina.

Sobre políticas públicas, nada. Ni una palabra para los millones de miserables del país. Muy preocupante que a alguien que tuvo a su cargo la educación de México, no la tenga en perspectiva como una de sus prioridades. Y qué con las relaciones internacionales. Nada. Ni siquiera una alusión a los socios comerciales más cercanos. ¿Seguirá enajenando el patrimonio energético? Silencio. Partidaria de la familia tradicional, a la que dedicó amplios y superfluos párrafos, poniendo como ejemplo la suya propia, nada edificante por el sobrepeso que presenta, y al baquetón de su marido, habría que esperar de doña Josefina nuevas arremetidas en contra de las diversidades, en caso de…

Por último, el enemigo a vencer para la señora Vázquez Mota, es, lo dijo con todas sus letras: Peña Nieto. Ajá. ¿Un ninguneo deliberado para el precandidato de las izquierdas? NO. Simplemente es un acto reflejo propio de fanáticos y supersticiosos que creen que con no mencionar al demonio, éste no se les aparecerá encuerado. Y hace bien, esta santa, buena y devota señora, no vaya a ser la de malas.

El reiterado llamado a la reconciliación y a la unidad nos hace pensar que no confía mucho en la tregua pactada para la foto. Y en el aire queda flotando la duda: ¿500 mil ciudadanos podrán imponer su voluntad a más de 50 millones de mexicanos?

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