jueves, 9 de febrero de 2012

El domingo ni a panistas interesó ir a votar

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Ganó Josefina, perdió el PAN
Ricardo Monreal Avila

El pasado domingo 5 de febrero ganó Josefina Vázquez Mota, pero perdió el PAN. Las acusaciones que se cruzaron los tres precandidatos durante el proceso interno panista (Josefina Vázquez, Ernesto Cordero y Santiago Creel) nos habla de una subcultura política que creíamos superada o de prácticas que los panistas imputaban a sus adversarios del PRI y del PRD.

Padrón rasurado (la esposa y el hijo de Creel no pudieron votar por no estar en el padrón de militantes). Urnas embarazadas (en Tantoyuca, Veracruz, en una casilla Cordero obtuvo 10 mil votos, Josefina uno y Creel 0). Ratón loco. Espionaje telefónico. Acarreo de votantes. Utilización de programas sociales. Distribución de despensas. Compra de voto en 500 pesos. Presión a trabajadores del gobierno. Llamadas intimidatorias. Y hasta balazos en los centros de votación. Toda la gama de artimañas atribuida al viejo PRI y la rijosidad imputada al PRD, de pronto se hicieron presentes en la elección interna del PAN.

Pero lo más grave fue la baja participación de los militantes panistas. De un padrón superior al millón y medio de activos y adherentes, sólo participó el 30%. Es decir, la abstención fue del 70%. Sólo tres de cada 10 votaron, lo que vino a demostrar que esa elección interna no motivó ni a los panistas. Y a todo eso, le llaman “ejemplo de elección democrática; único partido que eligió a su candidata en un proceso democrático”. Lo del pasado domingo no fue una fiesta: fue propiamente un festín…, de mapaches azules.

Paradójicamente, la decencia y la civilidad políticas que tanto presumía el panismo, ahora estuvieron del lado de los priístas y de los perredistas. Peña Nieto fue seleccionado por unanimidad en el PRI, mientras que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard se sometieron a una encuesta para definir quién sería el candidato de las izquierdas.

Estos procedimientos fueron desacreditados por el PAN como prácticas cupulares, elitistas y antidemocráticas. Pero el cochinero que afloró el pasado domingo al interior del panismo no los proyecta precisamente como democráticos, civilizados, pulcros y modernos. Si Manuel Gómez Morín viviera, el domingo pasado hubiese muerto de la pena, ya que el PAN reprodujo una versión corregida y ampliada de todos los vicios que el fundador histórico del partido blanquiazul denunció en su momento.

En este contexto, la victoria de Josefina Vázquez Mota es pírrica, ya que el PAN perdió ese domingo la autoridad moral para señalar y denunciar la corrupción, la degradación y la antidemocracia de sus adversarios. Hoy tienen candidata a la Presidencia, pero no tienen cara para presentarse como una opción diferente, fresca e innovadora. El priísta que todos llevamos dentro (Felipe Calderón dixit), salió del clóset político y se convirtió en el panista que todos desconocíamos en la vida pública.

Hoy el panismo busca resarcir heridas y realiza apresuradamente una operación cicatriz. La principal operación: olvidar los agravios, darse la mano y tapar el cochinero. Qué bueno que el PAN le tienda la mano al PAN. Sin embargo, los que no formamos parte de esta organización y los ciudadanos independientes o sin partido (que son la mayoría del país), no podemos ni debemos olvidar, porque el PAN es el partido en el gobierno y si se atrevió a ensuciar su casa en la elección interna, a la luz del día, ¿qué podemos esperar el resto de los mexicanos en la elección constitucional?

Debemos estar atentos a que la utilización de recursos públicos, de las dependencias del gobierno federal que manejan el gasto social (Sedeso, Sagarpa, SEP, SCT, entre otras) y el uso de la justicia con fines electorales no ensucien la elección presidencial del primer domingo de julio. Lo mismo habrá que exigirles a los gobiernos locales del PRI y del PRD, en su caso.

Existe un antecedente reciente en donde los gobiernos de los tres órdenes (federal, estatal y municipal) metieron manos y pies en la elección, dejando su resolución en manos de los tribunales: Michoacán. El PAN promovió una elección de Estado, metiendo al gobierno federal en la campaña electoral de Luisa María Calderón. El PRI operó una elección de Estados, porque envió operadores y brigadas de las 19 entidades federativas que gobierna. Mientras que el PRD se fracturó y simplemente dejó de operar, dejando paso libre a sus adversarios. Hasta el crimen organizado tuvo su cuota de participación.

Nada de esto debe volver a acontecer, porque no se pondría en riesgo únicamente la elección presidencial sino la estabilidad y la viabilidad del país.

Hoy más que nunca debe evitarse que el desaseo albiazul del pasado domingo se convierta en política electoral de Estado en la próxima contienda federal. Es urgente conminar a los órganos electorales al cumplimiento de sus funciones (IFE, TEPJF y, ante todo, FEPADE); lo mismo al Congreso de la Unión para que integre una comisión bicamaral de observación y prevención electoral; y a las organizaciones ciudadanas para que estén alertas y participen activamente en la transparencia, limpieza y pulcritud de la actuación de los gobiernos federal, estatales y municipales, de todos los colores partidistas.

Estas previsiones son impostergables en virtud de que se prevé una elección cerrada a tercios. Si bien la estrategia del PAN es llegar a la final enfrentando únicamente al PRI (un bipartidismo de facto), las izquierdas están consolidando su presencia y arrancan con un 20 a 23% de intención del voto. Sin embargo, esa estrategia se topará con un candidato de la izquierda en ascenso y un candidato del PRI previsiblemente a la baja en las preferencias electorales.

En una elección a tercios cualquiera de los tres grandes partidos puede ganar. Por ello, es importante que la participación del gobierno federal quede acotada desde el inicio de la contienda, para evitar que una vez más, como sucedió en el 2006, este actor incline la balanza hacia la candidata del PAN.

Hoy la marca PAN está en problemas. Por un lado, carga con la frustración ciudadana por un gobierno que ofreció empleo y está entregando inseguridad y desigualdad social. Por el otro, el pasado domingo ofreció un espectáculo lamentable de trapacería electoral. Por ello decimos que el resultado es claro: ganó Josefina, pero perdió el PAN.

ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter
: @ricardomonreala

1 comentario:

Sofia dijo...

Asi es, gano Josefina y perdió el PAN y perdio el mejor candidato que era Santiago Creel, lo mejor que pueden hacer ahora es que Josefina tome en cuenta las propuestas de Santiago Creel.