domingo, 12 de febrero de 2012

Dejemos atrás al Narco-Estado Prianista

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Con el PAN Narco-Estado a secas
María Teresa Jardí

Me asombra escuchar decir a hombres pensantes convencidos de que AMLO es la única opción de cambio, que con tal de que no llegue Peña Nieto serían capaces de votar por Josefina Vázquez Mota, si las encuestas finalmente dijeran que ella era la que podría ganarle al candidato del PRI.

Hombres, a los que al preguntarles cuántas veces los han entrevistado en aras de una encuesta sobre sus preferencias electorales, invariablemente me contestan: que ninguna. Y los que al preguntarles que entonces cómo es que creen en ellas y no en las propias que se pueden hacer incluso preguntando al vecino, al tendero de la esquina, al repartidor de diarios, a la chica que ayuda en la casa, al taxista..., me suelen responder que la gente siempre responde que el bueno es AMLO.

¿Y entonces, si el único que garantiza el cambio es AMLO por qué creer en las encuestas a modo en un país donde una de las pocas certezas que nos quedan es la de la mentira convertida, junto a la impunidad garante de la corrupción, en regla?

Me asombra, bastante menos, el caso de las mujeres que piensan lo mismo que esos hombres aderezado además por aquello del género, debido al hecho de que la candidata del PAN haya resultado una mujer y hay que decir que entre estas mujeres incluso destacan las que siempre han estado vinculadas a movimientos populares.

Las más pensantes remiten a las presidentas del Cono Sur, aunque no puedan luego tampoco negar que allá no se han perdido del todo las ideologías y que todas ellas vienen de una ideología de izquierda, mientras que Vázquez Mota es representante de la derecha, como Calderón, a secas.

En general no suelo discutir con quienes piensan así. Pero con un hombre muy letrado, varias carreras exitosas por en medio, y la elección de una profesión que lo ha ido convirtiendo en muy bueno en lo que hace, convencido, y convencida también, de que se va a convertir en el mejor, me da por indagar más sobre sus motivaciones y le pregunto: ¿el cómo puede albergar aunque sea una posible pequeña duda, sobre no votar, luego de Calderón, por el PAN? De momento está decidido a votar por AMLO. Insisto en ahondar en su porqué de esa duda, a todas luces descabellada, tomando en cuenta incluso los más de sesenta mil muertos que el PAN carga sobre sus espaldas y luego de diez años de fallido desgobierno. Y me responde que México es un narcoestado y que con Peña Nieto lo seguirá siendo. Y le reviro que el PRI aún tiene cuadros políticos que pueden quizá volver a manejar el problema con base en el control de daños como se hace en casi todo el resto de países de mundo con el narcotráfico. Y le hago ver que con el PAN la garantía es la de seguir muriendo los mexicanos en aras de un narcoestado a secas. Hombre, aunque muy joven, muy inteligente, me mira asombrado y me dice que no lo había pensado. Así es, lo pensemos o no lo pensemos los mexicanos.

Claro está que a mí tampoco me gusta Peña Nieto como posible gobernante. Pero como jamás ni he votado ni he pensado en votar por el PRI me da igual quién sea el candidato de ese partido. Aunque no deje de causarme extrañeza la ausencia incluso de cordura, por parte de los priístas, para analizar el sentir ciudadano y actuar en consecuencia, en aras del regreso que buscan, luego de los diez largos años tirados, para los mexicanos, por la derecha panista a la basura. Permitiendo, ese partido, que la telebasura le encaje como candidato, a modo de sus propios intereses, un pirruri rocambolesco sin más mérito que la apuesta fachada. Fachada que le garantizaba el voto de las mismas mujeres que estaban dispuestas a votar por un copete y hoy cambian su intención de voto al de la mujer candidata, pensando, extraviadas, que por ser mujer, se compadecería de la situación de las mujeres mexicanas, sin atinar a entender, en particular las educadas por la telebasura, que los problemas que enfrenta el país rebasan en muchos la lucha de géneros y que o le damos una oportunidad al cambio con AMLO o firmamos la sentencia que nos condena a seguir siendo un narcoestado, con el PRI con reglas, con el PAN narcoestado a secas con el cúmulo de violencia que cada día aumenta.

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