EDITORIAL
Entre la ignorancia y la simulación.
Mientras en nuestro México, don Felipe Calderón declara lo que sea, como lo que dijo de los empresarios que no pagaban impuestos, que le valió que los poderosos le pusieran un “estate quieto” con aquello de que no era bueno buscar “confrontaciones”.
Y lo mismo dice que le va ganando la guerra a los narcotraficantes, lo que movería a risa si no fuera tan terriblemente trágico; que habla de la nave de gran calado, que por cierto ya se está yendo a pique y solo falta el grito de “Sálvese quien pueda”.
Que habla del blindaje, que de que no va a subir impuestos, que del salvamento al mundo por lo de la grippe (gripe) influenza o trancazo, como la describían los libros de medicina antiguos.
Hoy don Felipe sale, literalmente, como Pedro y el Lobo, aquella la fábula del inmortal latino Fedro, con que “ya se terminó la recesión”. Que tocamos fondo, lo que él y su Secretario de Hacienda ha dicho no sé cuántas veces, y que ya hasta hubo crecimiento; pero eso sí, va a continuar el desempleo.
Y aunque es exactamente lo mismo que desde los EEUU dicen que sucederá, es decir, que también han tocado fondo, pero que el desempleo seguirá creciendo.
Lo único cierto es que don Felipe ha perdido toda la credibilidad.
Y lo malo del caso es que con tantas declaraciones deliberadamente engañosas de todos los integrantes del Gabinete (no se puede pensar que sean producto de la ignorancia, ya Carstens dijo que él sí dio bien las cifras) lo menos que se puede pensar es no hay ninguna razón para creerle.
Y cuando el Gobierno ha perdido toda credibilidad, ya no se sabe a qué atenerse. Sobre todo mientras por el mundo ven a nuestro México (o lo que queda de Él) sumido en graves problemas financiero-económicos, de tal suerte que seremos los más afectados en toda América
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